viernes, 16 de enero de 2009
un huracán en mis hombros
el viaje se hizo largo, demasiado eterno.
lo que sería en teoría un paseo tranquilo y agradable, se volvió un tormentoso terreno fangoso y frío. El paseo sería estupendo, tu conmigo, yo contigo a donde quisieramos ir.
Conocí senderos hermosos, conocí valles calidos y temperadas aguas.
tambien conocí desiertos, tormentas, aguas turbias y abrumadoras.
Pero un día, calló tormenta, fuego y huracán, no sé como, terminé dentro de la tormenta envuelta de sabanas y ropa vieja.
Pensar que este viaje aun no termina, pensé - talvez esta pasando- mas no, ahí va, gira y gira a mi alrededor, me encontré en el ojo del huracán y no se como llegué ahí.
en estado de inconciencia percibí una mano, y QUE MANO!. si, me tomó, me levantó y al sacarme de en medio, me volvió a empujar, no sé comó ni porqué, talvez la fuerza era mayor, no lo sé.-No necesito que me recojan- grité, no quiero compasión.
pero no comprendí, esa mano va y viene, mas lamento saber que permanese fuera. Su figura se vuelve cuadraditos entre el tumulto. y a veces desería hacerla pedasos, pedasitos. pequeños cuadraditos de mal sabor y al mismo tiempo como deseo estrechar esa mano y dejarla conmigo.
ahí está la tormenta, permanese, y yo dentro de ella esperando que la mano decida ayudarme a salir. mas la mano se ayuda a si misma.
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